martes, 2 de octubre de 2012

Los/as docentes combativos en Comodoro Py exigimos justicia por Mariano‏



Este lunes 1°, llegamos temprano a la audiencia, dónde declaraba Mauricio Gónzalez, docente y miembro de la directiva de Ademys. Era necesario hacer una delegación que acompañe en esta instancia, como siempre, como estuvimos desde el 20 de octubre del 2010, en las calles y pidiendo justicia.
No podíamos evitar conmovernos. Son inevitables, ante esas escalinatas de Comodoro Py,  las imágenes del desfile de cientos de milicos genocidas o de la temple de abogados y abogadas como los de Justicia Ya, o nuestros/as compañeros/as del CEPRODH frente a esos tribunales hostiles a las causas populares. 
Esta vez le tocó el turno a Pedraza, Favale, Fernández. 
Fue inevitable recordar cada minuto de ese 20 de octubre, desde las discusiones de los tercerizados, el asesinato de Mariano y la bala que aún sigue alojada en la cabeza de Elsa Rodríguez. 



Y aunque estamos lejos de confiar que de esos tribunales puede surgir justicia plena, fuimos preparadas para participar de una jornada que será parte de un juicio histórico.

La primera testigo de la orden del día fue una compañera del Polo Zona Sur, dio testimonio de lo sucedido el 20 de octubre de 2010. Y tuvimos que escuchar el cinismo de los abogados cuervos, que hacían preguntas maliciosas, buscando todo el tiempo artimañas para defender a la patota de Pedraza: "¿Llevaban gomera?", una y otra vez fue la pregunta. Fue ver en vivo y en directo cómo esos cuervos a sueldo pretenden construir una nueva versión  de "la teoría de los dos demonios".

Luego tocó el turno de su compañero Damián, él es uno de los que estuvo todo el tiempo al lado de Mariano, incluso en el momento que tuvieron que subirlo a la ambulancia y llegaron al Hospital Argerich. Allí nos quebramos todos en la sala de audiencia. El relato de los detalles conmovían. Mariano Presente nos decíamos por dentro, mientras una y otra vez un gendarme gritaba: "mantengan la compostura o tendrán que salir".  Pero tomadas de las manos, con gestos de bronca, seguimos dando ánimo a otros compañeros. Y otra vez los cuervos de la defensa buscando poner nerviosos a  los testigos, intentando incriminar hasta los médicos del SAME con tal de salvar a la patota. 

Por último llegó el testimonio de Mauricio, claro y contundente porque él vio disparar al que luego sería reconocido como Favale. Lo intentaron maniobrar con preguntas, alegando que por ser maestro tenía que explicar qué era una patota sindical. Expli
có que para él una patota es un grupo que premeditadamente se organiza para impedir algo y para atacar a otros. Que los tercerizados no conforman una patota. Porque su interés no es impedir ni atacar, si no garantizar la reincorporación de los despedidos y hacer saber de sus reclamo. Buscaron miles de maniobras leguleyas, para que caiga su testimonio.No lo lograron.
Con un grupo de maestros de Ademys, Tribuna Docente y docentes independientes, hoy volvimos a hacernos presentes para multiplicar y volver a gritar lo que piensan cientos de trabajadores/as: Mariano, presente! Ahora y siempre.
Alicia Navarro Palacios, Virginia Pescarmona, Lorena Castro, docentes de CABA